El proceso de limpieza de muebles de cuero empieza con una aspiración cuidadosa para eliminar el polvo y la suciedad superficial. Luego, se aplica un limpiador suave diseñado específicamente para cuero, asegurando que no se dañen las fibras del material. Después de limpiar, se aplica un acondicionador que nutre y protege el cuero, manteniéndolo flexible y evitando grietas. Es crucial utilizar productos no abrasivos para preservar la integridad del cuero. Finalmente, el mueble se pule para devolverle su brillo y apariencia original. Este método garantiza una limpieza profunda y el cuidado adecuado del cuero, prolongando la vida útil de los muebles.